miércoles, 20 de febrero de 2013

Una democracia de capa caída

La democracia necesita un lavado de cara que se hace cada vez más patente en el panorama actual


En boca de todos ha estado últimamente la palabra democracia por su evidente degradación. Las palabras mencionadas por la expresidenta de la Comunidad de Madrid sobre la urgencia de una regeneración democrática suenan un tanto huecas viniendo precisamente de ella, que abandonó la primera línea política de la noche a la mañana dejando un completo desaguisado en la Comunidad que, entre otras cosas, ha azuzado la marea blanca. Es tan poca la credibilidad que tienen los políticos en estos momentos que no llego a comprender cómo siguen dando discursos carentes de sentido común que empiezan a recordar tristemente al populismo que caracteriza a los Gobiernos sudamericanos. La política, así como la democracia, se han olvidado al fondo de un cajón. ¿Dónde quedó la verdadera política promovida por Montesquieu? ¿Qué dirían Platón o Aristóteles sobre nuestra democracia?

Cuando pienso en la democracia actual, el eco de una frase aprendida en los años de colegio resuena en mi cabeza: "Todo para el pueblo pero sin el pueblo". Nadie nos ha preguntado qué queremos. Se nos presentan partidos que en la sombra pactan sus desavenencias, un teatrillo del que somos inocentes espectadores, dejando a la política actual como la falacia más grande de estos tiempos que corren: el pueblo tiene capacidad de decisión una vez cada cuatro años para elegir a sus representantes e inmediatamente después pasa a último plano. Aunque intenten convencernos de lo contrario, de momento no han demostrado poner los intereses del ciudadano por delante.

Es necesaria para la regeneración democrática una regeneración humana, así como una efectiva separación de poderes que parece haberse olvidado. En el momento en que se dejaron de proteger los intereses de la ciudadanía anteponiendo al Ejecutivo, a estas alturas indistinguible de los poderes legislativo y judicial, la democracia pasó a ser una pseudodemocracia con pseudoderechos y pseudolibertades.

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