sábado, 23 de febrero de 2013

La crisis de febrero

El aniversario del fallido golpe de Estado llega en un momento en el que la crisis institucional del país suscita demasiado recelo


El 23 de febrero ha llegado un año más cargado de polémicas, viejos recuerdos y paralelismos entre ayer y hoy. Tomando un café en el histórico Van Gogh Café de Madrid, cuesta imaginarse en ese mismo espacio al ex teniente coronel de la Guardia Civil Antonio Tejero urdiendo sus planes golpistas con el por entonces capitán de la Policía Armada Ricardo Sáenz de Ynestrillas, fallecido en un atentado etarra en el que participó el tristemente famoso Iñaki de Juana Chaos.

El duque de Palma y consorte de la infanta Cristina, Iñaki Urdangarín, ha sido citado en este día, emblemático para la democracia española, para comparecer ante el juez José Castro por su participación en el escándalo del caso Nóos. 32 años después de aquel intento fallido de restaurar el régimen predemocrático, la Corona española se juega el prestigio que consolidó su legitimación tras el golpe de Estado. La implicación del aún miembro de la Familia Real ha dañado de manera notable —así lo cree el 88% de los españoles, según Metroscopia— una institución que, por otra parte, parece cada día más condenada a la desaparición.

La fecha de hoy invita a la reflexión en un clima de máximo descontento de los ciudadanos con respecto a sus gobernantes; recordemos que la última encuesta del CIS determinó que uno de cada cuatro españoles cree que los políticos son el principal problema de España. Parece que los políticos se han quedado con aquel airado «¡Se sienten, coño!» de Tejero en el Congreso y se dedican a vivir de las rentas de la democracia desde su butaca en el hemiciclo. Una pena que sigan acatando tal orden y hayan olvidado aquello de «Las manos, donde pueda verlas».

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