miércoles, 6 de marzo de 2013

Caos a la italiana

La pérdida de la fe en la política se extiende con preocupante rapidez por Europa


Italia se define en estos días con una palabra: ingobernable. Los resultados de las últimas elecciones han colocado a este país en la cuerda floja al arrojar el poder en tierra de nadie. Los votos, repartidos en tres frentes, no dejan precisamente un futuro optimista para el país, sino más bien caótico: por un lado, la derecha de Berlusconi, quien, a pesar de haberse visto envuelto en importantes escándalos en los últimos años, sigue contando con el respaldo de un amplio sector de la población; por otro, el antagonista de centroizquierda Bersani, el cual habría obtenido la victoria en el Senado con un 31,6 % de los votos de no ser por la actual e incomprensible ley electoral italiana, que ha otorgado un mayor número de senadores a Berlusconi. Y, entre las dos caras de la moneda, el popular Beppe Grillo con su Movimiento 5 Estrellas, que se ha llevado de calle un 25,55 % de los votos. Su éxito radica en que ha conseguido captar la atención del pueblo, convirtiéndose así en su voz frente a los ya conocidos dinosaurios políticos.

La incompetencia política puede ser peligrosa en cuanto a la aparición de líderes populistas que monopolicen toda la atención con argumentos críticos al panorama y los recortes, y luego, una vez conseguido el poder, se vuelvan a quedar en nada, como ha estado ocurriendo en la última década. El caso de Italia, aunque aislado dentro del escenario internacional, podría no ser el único que se presente en una Europa cansada del estancamiento político, con líderes más preocupados en acaparar el poder que en tomar medidas efectivas, pues hace ya años que empezó la supuesta recesión económica y apenas se ve la luz al final del túnel; más bien al contrario: la situación se parece al principio del fin. El fin de la justicia social.

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